El secreto que nos separa

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Una vez que los dos chicos estuvieron arriba, la sonrisa en el rostro de Roxanne se desvaneció lentamente.
Madilyn apagó la televisión y se acercó para preguntar preocupada: “¿Qué pasa? ¿Algo en tu mente?”
Después de un momento de vacilación, Roxanne le contó a Madilyn una versión alegre de lo que sucedió antes. “Conocí a Lucian cuando estaba cenando hace un momento”.
No había nadie más que Madilyn con quien Roxanne pudiera hablar sobre lo que sucedió hace seis años.
Al escuchar eso, Madilyn se congeló. Luego, susurró: “¿Qué tipo de destino los está uniendo a ambos? Horington es una ciudad tan grande, y pensé que las posibilidades de que ustedes dos se encontraran serían casi nulas si no se buscan activamente”.
Roxanne bajó los ojos, aparentemente sumergida en sus pensamientos.
“Entonces, ¿en qué estás pensando después de conocerlo?” Madilyn siguió preguntando.
Las comisuras de los labios de Roxanne se doblaron hacia abajo. “¿Qué puede estar en mi mente? Mi relación con él terminó hace seis años. No somos más que extraños ahora. Ya no me afectará más. Todo lo que quiero hacer por el resto de mis días es cuidar de Archie y Benny y tener una buena vida con ellos”.
Parecía que había pensado bien las cosas.
Madilyn suspiró aliviada antes de palmear los hombros de su buena amiga. “Eso es bueno. Eres una mujer excelente, y hay mucha gente cortejándote. Tómese su tiempo para hacer su elección. Dejemos ese idiota en el pasado”.
Roxanne asintió levemente, no queriendo continuar con el tema. Luego dijo: “Por cierto, no he tenido la oportunidad de comprar un auto después de regresar aquí. Tuve que conseguir que me llevaran mis compañeros de trabajo para la fiesta de bienvenida de hoy, y parece bastante inconveniente. ¿Estás libre a la mañana siguiente para recoger un coche conmigo?

La atención de Madilyn pasó al siguiente tema, pero no sabía por qué Roxanne quería comprar un automóvil. “¿Por qué quieres comprar un coche? Tengo algunos en el garaje. Solo elige uno.
Roxanne se rió entre dientes mientras arqueaba una ceja. “¿Eres realmente tan generoso?”
Después de compartir una mirada, Madilyn envolvió su brazo alrededor del cuello de Roxanne y dijo: “Por supuesto. ¡Después de todo, eres la madre de mis ahijados! ¡Lo que es mío es tuyo!”
“Gracias, entonces”, le dijo Roxanne.
Los dos charlaron un rato más. Cuando volvieron a mirar la hora, ya era bastante tarde. Fue entonces cuando Madilyn volvió a regañadientes a la casa de al lado.
Después de que Roxanne se lavó, se acostó en la cama. Sin embargo, ella no podía dormir.
Le tomó mucho tiempo dar vueltas y vueltas antes de entrar en las tierras de los sueños.
En su sueño, regresaba a la habitación vacía en The Waterfront.
En la habitación. Lucian la estaba sujetando contra la pared. Estaba entrecerrando los ojos y acercándose cada vez más a ella.
Justo cuando sus labios estaban a punto de tocarse, Roxanne se despertó de golpe, completamente empapada en sudor.
Después de despertar de ese sueño, ya no podía dormir.
Por lo tanto, a la mañana siguiente, Roxanne tenía ojeras oscuras evidentes cuando se sentó al lado de sus hijos en la mesa del comedor mientras desayunaban.
“Mami, ¿no dormiste bien anoche?” Archie preguntó preocupado mientras miraba las ojeras de su madre.
Roxanne se tensó un poco al pensar en ese sueño. Unos segundos más tarde, les dedicó una sonrisa ociosa. “Sí. Perdí la noción del tiempo leyendo documentos anoche.
Sus hijos eran individuos observadores y Roxanne temía que la presionaran para obtener más información. Por lo tanto, rápidamente bajó la cabeza y fingió concentrarse en desayunar.
Ante eso, los dos chicos intercambiaron una mirada pero no preguntaron nada más. Todo lo que dijeron fue: “No te canses demasiado, mami. Tienes que cuidarte mucho”.
Los labios de Roxanne se curvaron mientras asentía con la cabeza.
Después del desayuno, volvió a llevar a los niños a casa de Madilyn.
“Elige lo que quieras. No te preocupes por nada. Madilyn los llevó a su garaje mientras sostenía todo el manojo de llaves del auto en sus manos.
Los chicos eran jóvenes, pero podían reconocer una gran cantidad de autos de lujo. Por lo tanto, una vez que vieron los autos en el garaje, aplaudieron y gritaron: “¡Tía Madilyn, eres increíble!”
Después de caminar por el garaje, Roxanne eligió un Mercedes-Benz de precio medio que valía más de un millón.