El secreto que nos separa
Capítulo 29
La condición de Alfred era bastante complicada. Por eso los médicos famosos no estaban seguros de qué hacer.
Solo describir su enfermedad le tomó a Colby mucho tiempo para terminar.
A las seis de la tarde, después de que Roxanne saliera del trabajo, fue sola a la residencia de la Reina de acuerdo con la dirección que le dio Colby.
La persona que abrió la puerta era un hombre de mediana edad vestido con un traje de mayordomo.
Miró a Roxanne y preguntó cortésmente: “Saludos. ¿Puedo preguntar quién es usted?
Roxanne sonrió. “Hola, soy el doctor que está aquí para tratar al Viejo Sr. Queen. Llamé durante la tarde”,
el mayordomo la escrutó con desconfianza porque se veía bastante joven.
¿Alguien tan joven como ella es tan capaz?
Aún así, no mostró sus dudas en su rostro. Después de dos segundos, invitó: “Ya que eres médico, sígueme adentro”.
Se dio la vuelta y guió a Roxanne al interior.
Uno de sus principios era que antes de tratar a un paciente, aceptaba cualquier forma de desconfianza.
Siguió al mayordomo al patio. La estructura y la decoración del patio se veían elegantes.
Mostró claramente que la familia Queen era una familia que se preocupaba mucho por las apariencias.
Después de que entraron en la mansión, el mayordomo le hizo un gesto para que se sentara en el sofá. “Un visitante vino antes, y el Sr. Queen los está acompañando para conocer al Viejo Sr. Queen. Les haré saber que has llegado. Por favor espere aqui.”
Roxana asintió. “Está bien.”
Luego se sentó en el sofá.
Poco después, un ama de llaves le sirvió café.
Pasaron unos minutos y escuchó pasos que bajaban las escaleras. Dejó la taza y se volvió hacia la escalera.
Una pareja joven bajó las escaleras.
A primera vista, ambos parecían bastante familiares. El hombre era guapo, y la mujer era hermosa. Era probable que fueran un par de hermanos.
Mientras caminaban, hablaban con alguien detrás de ellos.
pudo ver al visitante. Era un hombre alto y guapo. En su abrazo había un niño. Actualmente estaba hablando con los hermanos frente a él con una expresión relajada. El hombre volvió lentamente su vista hacia ella, como si notara que ella estaba