El General Todopoderoso de Dragón

Los dos cortes contrastaban marcadamente con su piel, por lo demás, clara. La sangre seguía fluyendo de las heridas, tiñendo su cuello de rojo.

Su visión se volvió borrosa cuando lágrimas cristalinas brotaron de las esquinas de sus ojos, cayendo y mezclándose con su sangre.

Ella había caído en la desesperación.

Frente al General Trent Xavier, toda su impotencia y desesperanza se acumularon.

Más que nada, el odio se hinchó dentro de ella.

¡Odiaba correr hacia ese fuego porque escuchó a alguien pidiendo ayuda!

¡Puede haber salvado a una persona, pero la herida que le habían infligido le costó diez años de tormento! ¡Diez años de dolor!

Se convirtió en el hazmerreír de toda la escuela cuando sufrió esas quemaduras.

¡Incluso los amigos con los que una vez estuvo cerca no querían tener nada que ver con ella!

¡Sus compañeros de clase la trataban como portadora de plagas, evitándola tanto como podían!

Su familia comenzó a odiarla. ¡Incluso sus propios padres la trataban como si no valiera nada!

Cuando sus cicatrices finalmente sanaron, pensó que tal vez esos diez años de sufrimiento habían valido la pena, después de todo.

Pero ahora, ella estaba una vez más en medio de la desesperación.

“Por favor, general Xavier. Esto no tiene absolutamente nada que ver con nosotros. ¡Todo es culpa de Thea!

“¡Sí! ¡Todo es su culpa! Tortúrala si quieres, ¡por favor déjanos ir!”

Thea miró el rostro inexpresivo de Trent y escuchó a los Callahan empujarla hacia las proverbiales vías del tren, todo para que ellos mismos pudieran vivir. Ella cayó más profundamente en la desesperación.

“No estás hablando, ¿verdad?”

volvió

“Señor.”

a la sala de subastas. Quiero que todos en Cansington sepan lo que sucede cuando se cruzan con mi familia. Nos

“Sí, señor.”

luego la sacaron del cabello como

en carne viva mientras la arrastraban a la sala de subastas. Sus heridas enviaban agudas chispas de dolor a través de ella cada vez que hacían contacto

en el último piso del hotel Cansington, la subasta

los artículos que habían puesto valía nada, pero sus ofertas iniciales eran altas, al menos diez veces más altas de lo que valdrían

asistentes eran figuras notables en Cansington. Todos estaban bien versados ​​en procedimientos comerciales

a la bancarrota a los Xavier, pero Trent Xavier había regresado para reunir fondos, con

la frontera

siguieron pujando, incluso cuando sabían que lo que estaban pujando eran falsificaciones y falsificaciones que no valían nada, porque sabían que la alternativa sería

traído al escenario tan pronto como se completó la última oferta. Era Moonlit

La oferta inicial es de ocho millones, los postores deben

pintura resurgió. Esa pintura que Thea había destruido también era falsa. Los Xavier solo querían una excusa para derrotar a los

de que la razón por la que los Xavier quebraron fue porque Thea Callahan llamó a Alex Yates y lo puso en altavoz,

sería una oferta inicial justa, pero ahora los Xavier habían ofrecido una falsa por ocho millones. Esto fue una clara

diez millones. ¡Voy a

Pujamos once

a los Wilson. ¡Ofrecemos doce

estar del lado bueno del general de la frontera occidental Trent Xavier, algunas de las familias más ricas comenzaron a ofertar en serio. Muy pronto, las flores iluminadas por la luna falsificadas en Cliffside’s Edge pasaron de ser inútiles

pintura falsificada finalmente se compró por veintiún

dos hombres completamente armados arrastraron a una mujer

faltaba uno de sus tacones altos y tenía quemaduras por fricción en las rodillas. La sangre siguió

con frialdad ante

fue liberada una vez

de manera que casualmente estaba frente a la

se sentaron en el puesto de la subasta. Todos eran grandes nombres en Cansington, pero ver el rostro ensangrentado de Thea los aterrorizó. Sus rostros palidecieron mientras permanecían congelados en sus asientos, sin siquiera atreverse

“Ayuda… ayúdame…”

a ellos como una mujer que se ahoga a una pajilla, pidiéndoles