Volver a la cabaña que mis padres me heredaron tiempo atrás es un sentimiento tan raro que no sé como explicarlo. Recorrer sus pasillos, entrar a las habitaciones, ver el paisaje nevado desde el balcón de la recámara principal y sentarme en la gran sala con la enorme chimenea, es una experiencia que pensé jamás experimentaría de nuevo, ahora lo hago con Isabel que al entrar recorrió todo el lugar con una sonrisa, dándole de nuevo vida y un significado diferente.

Me encuentro en la recámara principal colgando la ropa en el armario cuando escucho que alguien toca la puerta.

―¿Puedo pasar? ― Escucho la voz de Isabel.

―Pasa, adelante.

Isabel escogió la recámara del fondo, la que tiene la enorme bañera y ese increíble ventanal que deja ver parte del jardín, pudo haber escogido la que está justo al lado de la mía, pero supongo que quiere poner algo de distancia, aunque últimamente nos es casi imposible de lograr, nuestros cuerpos se atraen como dos imanes.

Ella entra un poco tímida con el abrigo ya puesto y lista para salir. Recorre con la vista la habitación y sonríe al ver el balcón.

―¿Todo bien? ― Pregunto saliendo hacia la recámara.

―Mi madre me habló, ya están todos en la casa y nos esperan.―Comenta.

―Perfecto, me pongo el abrigo y nos vamos.

Isabel se acerca al balcón y abre las puertas dejando que el frío entre a la habitación, luego sale para ver el paisaje toma un poco de la nieve sobre el barandal y la avienta para el jardín. Me pongo el abrigo y salgo a verla.

―¿Estás comoda? ― Pregunto.

gusta mucho la habitación,

―Me alegra.― Contesto.

callados por un momento, sintiendo el aire frío que nos calma este calor que sé ambos tenemos por dentro. Admiramos el paisaje ese hermoso tono de blancos que se muestra frente a nuestros ojos entrelazados con el café de las copas de los

la primera vez que vi caer nieve.― Habla Isa rompiendo esta evidente tensión entre los dos.― Tenía cinco años, mi padre nos levantó por la mañana para que saliéramos a la puerta de la casa y la viéramos caer. La nieve estaba tan

serio? ― Contestó

subimos y nos pusimos la ropa más abrigadora que teníamos y salimos a jugar, recuerdo haber intentado hacer un muñeco y jamás me salió. Entré toda frustrada a mi casa, llena de lodo en los guantes, toda mojada y llorando. Me voltee con mi hermana y le grité ¡las películas de engañaron me dijeron que era más fácil! y jamás

llegar a casa de sus padres y ver si tenían una foto de ella de pequeña, quería ver i desde pequeña tenía esos ojos

me gusta la nieve.―

―¿No?

cabeza mientras la veo y le sonrío.― Es fría, moja la ropa y es resbaladiza. Cuando se descongela hace que la gente se patine y los autos también.― Confieso.―

bonita.― Contesta ella mientras me ve

Es alegre, suave, bella.― Murmuro y ella sonríe. Mi mirada de nuevo se fija en sus hermosos labios que hoy vienen pintados de un ligero rojo.― Es colorida.― Continuo.― Ligera...

los ojos cuando hago eso, lo hago lentamente sintiendo esa suavidad que despiden, ella abre ligeramente la boca con si estuviera a punto de

sus labios a la par de los míos, siguiendo mi ritmo tranquilo, sin prisas disfrutando cada sabor, la

permite acercarnos más ya que ella ha vuelvo a recargar sus manos sobre mí pecho y yo a rodear su cintura con las mías. Debo admitir que con Isabel he tenido los besos más increíbles de mi vida, y no es por comprar con Nadine, pero con ella el paisaje, el momento, el ambiente siempre

Su lengua comienza a abrirse paso y se entrelaza con la mía, animándome a besar así, algo nuevo para mi. El olor a jazmín vuelve a mi y me transporta a ese pequeño lugar donde

Pienso «¿Cómo pasé tan rápido de no desear nada

hilo de deseo entre los dos. Abro los ojos lentamente y

posible todo lo que siento? ¿Ella lo sentirá

This is exclusive content from Dramanovels.com. Please visit Dramanovels.com to support the author and the translation team!

Comments ()

0/255