El empresario del corazon roto

Chapter 23: Me gustas

Llegué al pequeño piso de Isa con una jarra de chocolate caliente que Vivianne me hizo el favor de pedir en el café Du lait de la boquera y menos de cuatro años de peso en mí. Toqué el timbre dos veces pero no hubo respuesta, hasta que se me ocurrió tocar con la jarra la pequeña reja que había y unos segundo después Isa abrió la puerta con una sonrisa.

―Lo siento, el timbre no sirve.― Me dice apenada. Abrió la puerta y la vi con una playera blanca y pantalones de mezclilla y el pelo amarrado hacia arriba. Ahora un olor a lavanda me llena de energía. ―Pasa, pasa...― me invita y entro para ver el pequeño lugar lleno de cajas.

―¿Te mudarás?

―Sí, este se ha vuelto mi cocina, no mi hogar, así que he conseguido un cuarto en el edificio de atrás, lo compartiré con dos chicas.― Comenta.

Ella quita una de las cajas del suelo y luego voltea a verme, sus pupilas se cruzan con las mías.― Hola.― Murmura.

―Hola.― Le saludo en el mismo tono y los nervios llegan mi cuerpo.

Soy un empresario, toda la vida me he enfrentado a situaciones grandes donde debo hablar, decidir y pensar todo a precisión, pero cuando estoy con Isa todo se me olvida y de pronto no sé qué decir.

―Te ves muy bonita hoy.― Comento con una ganas de besarla que no sé como canalizarlas.

«Bésala » «No la beses » mi mente en este momento es un caos y una contrariedad, pero ella se pone de puntas y me da un beso sobre la mejilla―¿Quieres que te quite eso? ― Me pregunta.

―¿Qué?

―El abrigo, lo tienes un poco lleno de nieve.

―Cierto, lo siento es que... no estoy acostumbrado.

―No te preocupes.

Isa me quita el chocolate de las manos, lo pone en una mesa y luego regresa para quitarme el abrigo por detrás mío, siento sus manos tocarme los hombros y mi cuerpo reacciona por un instante. Ella se dirige a un pequeño perchero donde ya tiene sus abrigos y el famoso sombrero rojo. Regresa y me toma de la mano.― Ven, te muestro mi Dark Kitchen― me comenta con una sonrisa y con cuidado caminamos hacia la cocina que se ha extendido hasta un poco más allá de lo que normalmente es.

―¡Guau! En realidad tienes una cocina grande.

―Sí, escogí esta casa por la posibilidad de ampliarla. Aquí cocinamos tres personas, así que debemos tener espacio, así que pedí un préstamo, la amplié un poco y mi casa se convirtió en cocina. Pero, he reservado una pequeña parte para recibir a mis invitados y es aquí.―Isabel me lleva a una pequeña mesa cerca del balcón, dos sillas nos esperan y los servicio están puestos.― Voy por el chocolate para servirlo.

―No, te ayudo.― Contesto de inmediato y ella se sorprende, comienzo a doblar las mangas de mi suéter descubriendo un poco mis brazos.― ¿Vamos?

―OK.― Contesta ella sonriente y ambos vamos a la cocina.― Debo admitir que me has sorprendido.

―¿De verdad? ¿pensaste que porque soy un rico empresario jamás me he metido a una cocina?

―Algo así.― Confiesa y luego ríe.― No tengo mucha idea lo que haces en tu día a día.

―Y ¿qué crees que hago?

que llegas a tu oficina, comes mi desayuno, das órdenes y luego te sientas con un montón de documentos que

que

que hago yo todo el día? ― Me pregunta.

―Cocinar.― Respondo sencillamente.

lo mío no

más que estudios es visión.― Le comento mientras comienzo a servir el chocolate en

―¡Ah! Visión.

antes de tomar una decisión, lo hago bastante rápido ahora, pero uno

contesta y comienza a

―¿Qué es eso?

caliente sin crema batida no es lo

hubieras dicho y yo

el bol, luego saca un batidor manual y comienza

en ese momento mientras todo pasa

crema batida.― Invento algo para que no se dé cuenta que

son tres ingredientes el secreto está en como se bate ¿quieres hacerlo?

olla de chocolate y me acerco a ella.― Te lo paso pero no debes

y cuando me da el

o tres minutos, tu bate y yo agrego los

mientras la crema comienza a levantarse en el bol, después de unos segundos comienzo a cansarme. ― Esto es complicado y

estás haciendo mal, debes hacer

―¿"shushushushushu"?

te ayuda a que suba la

"shusushu" repetidas veces

con una sonrisa. ― Para

Chef.― Le digo con

movimiento la crema con la mano mientras mi boca sigue haciendo shushushushu y cuando menos me doy cuenta

―Exclama ella y toma un poco de la crema con un dedo y lo mete a su boca probándola.

dejando el bol―¿Crees que

ella de

azúcar y la vainilla. Después de tantos años con

el chocolate, será la gloria.

unto ligeramente sobre sus labios. La mirada de Isabel es tan intensa que me atrapa de nuevo y no veo nada alrededor. Ella se quita un poco de crema con la punta de la lengua, provocándome en muchos sentidos aunque Isabel no

poco mi cuerpo hacia ella acorralándolas levemente contra la mesa.― Quiero

luego me inclino y beso sus labios, lo hago suavemente quitando la crema de ellos y disfrutando ese sabor dulce que

la gloria.― Hablo bajito y ella

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